miércoles, 10 de junio de 2009

Entrevista a Gonzalo

Ha crecido con Internet en pleno apogeo, con los correos electrónicos y los sms a la orden del día y eso le ha marcado. Higuaín reconoce en Prohibido hablar de fútbol que “no sabría vivir sin móvil”. Asegura que si tuviera que cambiar de profesión no le importaría “ser tenista”. Para las vacaciones prefiere el mar a la montaña, se decanta como seguidor musical de la cumbia argentina, aunque no le da la espalda a Sabina ni a Calamaro. Y matiza: “el argentino también canta cuando se ducha”.



Tendría difícil vivir sin el fútbol. De hecho, si tuviera que vincular su vida a alguna profesión lejos del balón, la relacionaría con la actividad deportiva: “No sé a qué me dedicaría, pues no me lo he planteado, pero tengo claro que mi vida estaría ligada al deporte. Me encanta el tenis y sería una buena idea el poder practicarlo dado el nivel que hay en el circuito. Sí, me habría gustado ser tenista, pero mi sueño era ser futbolista y lo conseguí”. Ahí, en el circuito de la ATP Higuaín intentaría desenvolverse con dignidad, ante los que son sus tenistas admirados: “Sería genial poder intercambiar golpes con Nadal, del que me encanta su entrega, Federer, con mis compatriotas Nabaldián y Del Potro…. ”. Y si tuviera que definir su estilo de juego, sólo tendría un objetivo a la hora de estar en la pista: “¡Pasarla! Con lo difícil que es jugar bien al tenis, me bastaría con eso ¡Como para ponerme a pensar en subir a la red, volear y hacer dejadas! (risas) Por cierto, vamos a disfrutar, Argentina-España, final de la Davis. Va a ser grande”.

Al margen de posibles alternativas profesionales, no hace falta mirar la fecha de nacimiento en su pasaporte para darse cuenta de que pertenece a la generación de la tecnología, ésa que ha conquistado el mundo: “Claro que le doy a los vídeo-juegos. No soy un fanático, pero cuando me reúno con los amigos sí que juego, porque siempre montamos partidos. Lo que creo que no sabría hacer es vivir sin móvil”. Es decir, todo ese vocabulario que ahora se maneja como mensajes multimedia, sms, correo electrónico y acceso a internet sin necesidad de ordenador son mecanismos básicos, fundamentales, para alguien que, como Higuaín, vive a muchos kilómetros de su familia: “Mi padre me lo ha contado más de una vez. En su época internet no existía, no había móviles y él, que estaba en otro país, tenía que contarse las cosas con mis abuelos por carta ¡Hombre, se salía adelante, pero les era imposible hablar a diario! Lo hacían por carta o por teléfono una vez al mes o cada 15 días… Para mí, habría sido muy duro. Sé que se puede vivir sin móvil, pero tenerlo ayuda mucho”.

Así, entre llamada y llamada, mensaje va y mensaje viene, el delantero es de esas personas a las que les gusta tener un momento para reunirse consigo mismo. Para olvidarse de todo lo que le rodea y pensar en sus cosas: “Uno siempre debe tener momentos de relajación, momentos para pensar en todo, en el esfuerzo que uno hace al salir de su casa siendo tan joven… Intento relajar la mente y pensar en todo lo que he hecho hasta ahora. Me encanta recordarlo todo. Me pasan miles de imágenes por mi cabeza”. Eso sí, otra técnica de relajación que utiliza está también muy ligada al mundo actual: “Sí, hago zapping; me gustan las series, pero sobre todo las películas, casi todos los días veo una”.


En su guía turística, ésa que elaboraría para que los viajeros la incluyeran en su colección, le dedicaría páginas y páginas a dos ciudades: “Buenos Aires y Madrid”. Las razones que esgrime no dejan dudas: “Las elijo porque son las dos ciudades en las que he vivido. En Buenos Aires pasé 18 de mi vida, es magnífica y hermosa, una ciudad en la que siempre te encuentras con gente alegre. Es muy linda, un lugar para conocer. Y en Madrid he descubierto otro sitio fantástico en el que me encuentro muy a gusto. Son dos ciudades muy similares y eso ha ayudado a mi aclimatación”. No obstante, a la hora de preparar unas vacaciones alejado de esas grandes urbes tampoco duda entre el mar o la montaña: “El mar porque me relaja. Contemplarle es maravilloso; el mar es paz, tranquilidad. No soy un fanático de la navegación, pero hacerlo te da sensación de libertad; con el viento dándote en la cara, tiras el ancla y el tiempo se para”. En esos días de relax, ya sea cuando en el horizonte visual están las aguas de una playa o bien cuando Higuaín se mueve por la ciudad con su vehículo, es muy habitual descubrirle escuchando música, otro de sus pasatiempos favoritos: “Me gusta la música tranquila, aunque escucho de todo. Quizás los temas de hace unos años me gustan más. Aunque es cierto que me encanta la cumbia argentina, escucho a Joaquín Sabina, Calamaro…”.

Además, como la mayoría de las personas, cuando los acordes musicales llegan a sus oídos no le hace ascos a la posibilidad de entonar la canción que se tercie, aunque en un arranque de sinceridad, no se cataloga como un artista en la materia. “No soy un experto cantando, pero sí que canto. Es lo mejor que hay para reírte estando solo. Cuando cantas haces cosas que no imaginarias hacer en otra situación. Como el español, el argentino también canta cuando se ducha”. Quizás, donde sí se lo pensaría dos veces a la hora de agarrar un micrófono sería en un escenario: “Ver a miles y miles de personas clavando sus ojos en ti, coreando tus canciones y gritando tu nombre debe ser alucinante, pero creo que me daría vergüenza. ¿Por qué? Es cierto que estoy acostumbrado al público, pero no es igual ser futbolista que cantante. En un partido 80.000 personas miran a 22 jugadores, en un concierto el cantante está solo”.

“Me habría gustado ser tenista”Higuaín es sincero, no tiene dobleces a la hora de hablar sobre sus sueños y sus preferencias cuando se le obliga elegir prioridades en su vida: “Para mí, la familia y los amigos de toda la vida son lo más importante que uno tiene. Cuando estoy con ellos me olvido de todo, y espero tenerlos siempre a mi lado, ése es mi sueño. Es algo a lo que no puedo renunciar. A la familia, porque es mi sangre, y a los verdaderos amigos porque son tesoros que hay que cuidar, pues son los que van a estar contigo en las buenas y en las malas. Yo tengo la suerte de decir que tengo amigos de esos que se cuentan con los dedos de la mano”. A lo mejor, si ellos se lo pidieran se atrevería a realizar algo que ahora no se le pasa por la cabeza: “¿Si me apuntaría a un viaje a la luna? Eso mejor lo dejamos para los astronautas. No me atrevería, porque creo que si subes no bajas” (risas). Así es Higuaín, un joven que un día hizo la maleta para venirse a España a jugar al fútbol alejándose, sólo físicamente, de su Argentina querida (“Es mi casa. Argentina es todo; es orgullo, pasión. Se me pone la piel de gallina”), porque las costumbres las sigue cultivando en España: “Me encantan las reuniones con el asado, la sobremesa y el mate. Así se fortalece la amistad y para nosotros todo eso no puede faltar nunca”. Dicho queda.

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